Todo comenzó con el Bitcoin. Y, por un tiempo, estuvo solo. Sin embargo,
otros proyectos basados en tecnología blockchain no tardaron en llegar.
Entre estos, Ethereum por supuesto. Ethereum quiso ir más allá que el Bitcoin,
y brindar una plataforma que permite
construir otros proyectos encima. La llegada de Ethereum revolucionó al
ecosistema porque le facilitó el camino a los desarrollados en el lanzamiento
de nuevos ICOs (Oferta inicial de monedas). En efecto, el 2017 fue el año
cuando explotaron los ICOs. En ese año, vimos de todo, cosas muy
interesantes, varias tonterías y muchas estafas. Bueno, de todo. También pudimos ver como el Bitcoin perdió
importantes espacios. Las altcoins (criptomonedas alternativas al Bitcoin)
reclamaron una mayor porción del pastel
y al Bitcoin no le quedó otra que ceder territorio a las demás. Ahora, está
Bitcoin, todavía el rey de la comarca.
Pero, también están criptomonedas como Litecoin, Bitcoin Cash y Ripple
que buscan facilitar los pagos. Luego, están las estables como Tether y Dai.
Las privadas como Monero, Dash y Zcash. Las plataformas como Ethereum, Ethereum
Classic, EOS, Cardano, NEO, NEM y IOTA para el desarrollo de aplicaciones
inteligentes. Además, las casas de cambio como: BNB, ZRX, y Quash. Hoy el
escenario en el mundo de las criptomonedas es mucho más diverso que
antes. Se han descubierto muchos usos para los protocolos blockchain. Claro que
la mayoría de estos proyectos son
solo experimentos de tecnologías que aún
casi nadie usa. Y, seguramente, muchas de estas criptos no estarán entre
nosotros en el futuro. De hecho, es muy difícil predecir hoy cuáles se impondrán y cuáles desaparecerán.
Solo el tiempo lo dirá.
Pero, ¿en cuanto a las
tendencias? ¿Qué será lo próximo? Bueno, en Miami, en Dubái, en las Bahamas, en
Nueva York. En todas partes es igual. Todo el mundo está hablando de lo mismo.
Todo el mundo está hablando de los “security tokens”. Se espera que en los próximos dos años las
“security tokens” superen, en valor de mercado,
al Bitcoin y a todas las altcoins. ¿Qué tal? Estamos hablando de montos sobre
los trillones de dólares en tan solo meses.
¡Ah!, pero, ¿qué es un “security token”? Un “security token” es un
activo digital (regulado por entes gubernamentales) respaldado por
un activo real como un inmueble, acciones de una compañía, un fondo de inversión
o cualquier otra cosa. Básicamente, es
el mundo real que emigra al blockchain. La persona que invierta en un security
token es dueño de algo en concreto. Tiene derecho al voto, derecho a recibir
dividendos, etc. Un security token tendría todas las ventajas de
una acción bursátil en un mercado de valores tradicional pero se le añadirían todas las ventajas de un
blockchain. Lo mejor de los dos mundos, pues.
En vez de ICOs, se llaman STOs
(Security Token Offerings). Pronto, se
podrá comprar un edificio o un negocio con la misma facilidad que se compra un
bitcoin. Pronto, cualquier compañía pequeña podrá obtener capital para hacer
crecer su negocio al mejor estilo de las grandes empresas que cotizan en Wall
Street. ¡ Increíble!, ¿no?
Claro todavía hay mucho camino por recorrer. La infraestructura para eso
aún no está del todo lista. Sin embargo, ya hay equipos trabajando en ello. Por
ejemplo, Polymath (Poly) quiere
ser la plataforma que haga con los STO lo que Ethereum hizo por las
ICOs. Polymath facilitará la creación de
los primeros security tokens con su plataforma. También hay un par de
casas de cambio nuevas, TZero y OpenFinance, que servirán de espacio para la compra y
ventas de esta nueva clase de criptos. ¡Security Tokens! Seguramente,
escucharemos más de ellas en el futuro.
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